"¿Qué has puesto para comer?
- ¡Oh! No te apures... El cocidito de siempre."


Tormento. Benito Pérez Galdós

viernes, 13 de septiembre de 2024

La magia del garbanzo en Valencia del Ventoso

Parece magia” decía una de las participantes en el Taller de platos fríos elaborados con garbanzos cuando iba “subiendo” la mayonesa elaborada con agua de garbanzos. Pero no había magia en ese vaso de batidora: tan solo una disolución coloidal de proteínas, emulsionando con el aceite: el mismo fenómeno físico-químico que se da cuando hacemos la mayonesa con huevo. La magia, la verdadera magia, es la que se crea cuando se comparte cocina en un buen ambiente, en un pueblo que rebosa cordialidad y, además, con un producto cultivado con esmero. Y así fue el día 31 de agosto en Valencia del Ventoso.

Llegar a donde se cultiva uno de los mejores garbanzos de España y en donde llevan 34 años celebrando el concurso del Día del Garbanzo y dar lecciones de cocina de garbanzos nos parecía algo atrevido, así que nos planteamos solo compartir algunas ideas para incluir los garbanzos en la cocina fría, la cocina más apetecible en los calurosos días del verano.

El garbanzo reina con derecho propio en reconfortantes guisos de cuchara: desde el magnífico cocido en cualquiera de las versiones que florecen a lo largo y ancho de la península hasta los potajes cuaresmales, pasando por otros guisos, algunos de gran raigambre como los callos con garbanzos y otros quizá menos extendidos con mariscos, setas u otras carnes o pescados. Pero más allá de esos venerables pucheros, esta portentosa legumbre puede protagonizar con éxito otros muchos platos, entre ellos, multitud de elaboraciones frías.
Comenzamos nuestras sugerencias con dos cremas untables basadas en el hummus de la cocina arábiga: una añadiendo pimientos asados y otra fusionando lo árabe con lo mejicano y añadiendo una suerte de guacamole. Seguimos con dos sopas frías: un gazpacho en el que el garbanzo tan solo tiene la misión de espesante, sin aportar más que textura y otra, un ajoblanco aromatizado con hierbabuena en el que sustituimos la almendra por garbanzos.

Seguimos con una ensalada con recuerdos italianos: garbanzos aliñados con una vinagreta de anchoa, albahaca, limón y aceite de oliva coronados con unas lascas de buen bonito en aceite, aceitunas negras y ralladura de limón.

La sexta propuesta fue una ensaladilla de salmón marinado y garbanzos (claro) ligada con una salsa tártara hecha con el agua de cocción de los garbanzos en sustitución del huevo.

Finalizamos con un postre: una especie de brownie de garbanzos, unas natillas especiadas espesadas con garbanzos y un merengue de agua de cocción de garbanzos en lugar de clara de huevo.

A estas ideas debemos añadir los dos platos que preparó Ana Salinero en la brillante demostración y degustación que ofreció el Día de Garbanzo: un hummus con remolacha y una ensalada de naranja y bacalao sobre unos garbanzos aliñados con un poco de cebolla y pimentón de La Vera.
En esencia, lo que buscamos es resaltar la gran versatilidad del garbanzo, un ingrediente que invita a experimentar, a lanzarse sin temor a la creación de nuevos platos que nos alejen de la rutina. La cocina es un terreno fértil para la imaginación y el garbanzo puede ser un gran aliado. Una periodista estadounidense, Harriet Van Horne, escribió: “Cocinar es como amar, hay que hacerlo sin miedo o mejor no intentarlo”.

Iniciábamos el artículo hablando de momentos mágicos: y qué decir de esa hilera de candelas, de esos humos cargados de aromas de siempre a leña, a cocido… Es la mañana del Día del Garbanzo.
Desde las primeras horas del día, los cocidos de cada peña comienzan a tomar forma, cocinándose a fuego lento, como manda la tradición. Mientras avanza la mañana, el ambiente bajo la arboleda de la piscina de Valencia del Ventoso se va llenando de alegría y actividad. Las peñas, entre risas y buena compañía, nos reciben con los brazos abiertos, con generosidad nos invitan a compartir de sus mejores viandas.
Este año, en lugar de formar parte de jurado, tuvimos la oportunidad de colaborar en otras tareas, lo que nos permitió disfrutar de una nueva perspectiva: más cerca de las peñas, sintiendo de primera mano su hospitalidad y entusiasmo, su calidez y su buen humor. Si siempre hemos vivido este día como una experiencia gratificante, este año ha sido especialmente entrañable.
Queremos agradecer al Ayuntamiento de Valencia del Ventoso que nos haya dado la oportunidad de formar parte de esta celebración tan especial y que haya confiado en nosotros para aportar un granito de arena a la celebración de este día lleno de tradición, sabor y comunidad. Ha sido un placer colaborar y formar parte de una tradición que sigue creciendo año tras año, reflejando lo mejor de esta tierra.
No queremos finalizar sin mencionar expresamente a María Concepción López, alcaldesa; a Serafín Barroso, primer teniente de alcalde; a María Gallardo, concejala de educación, turismo y patrimonio; a Beatriz Hernández, gestora cultural y a Elena Calderón, agente de empleo y desarrollo rural por su disposición y su confianza a lo largo de estos meses de trabajo.

¡Hasta la próxima edición del Día del Garbanzo, con la ilusión intacta y muchas ganas de volver a experimentar su magia! 






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